lunes, 30 de noviembre de 2009

El Niño


Buenos Aires
En un centro comercial de la periferia, frente a un local de ropa
deportiva y un Apple store, José y María velan por el Niño. Lo hacen
con amor sincero, sin prestar atención a los agnósticos que
conversan con sus celulares a pocos metros de la cuna.

El Niño no está. No sabemos si escapó asqueado por ese entorno
de mercaderes sin templo o si, presa de una duda razonable sobre la
inminencia del reino de los cielos, optó por esperarlo en un sillón de Starbucks.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Pisos de estudiante (homenaje a Diane Arbus).

Madrid.
Nunca me he sentido tan libre como cuando tocaba adornar mis pisos de estudiante. Durante cinco o seis años anduve de aquí para allá (Tirso de Molina, Embajadores, Príncipe Pío) compartiendo vida, pipas y salones más o menos limpios con amiguetes que hacían las veces de familia (y que todavía lo hacen). Aquellos pisos de estudiante eran una liberación estética, un experimento con el que nos vengábamos de todos esos profesores que van por la vida preguntando a los alumnos: "¿esto también lo haces en tu casa?". De la calle subíamos al salón sillones, fotos viejas o carteles con la cara de Lou Reed, forrábamos la pared con portadas del País Semanal, pegábamos pósters de señores en calzoncillos, clavábamos pizarras del Champion donde apuntábamos quién era el personaje del día. La semana pasada encontré esta foto y estas viejas sensaciones de libertad cuasi bohemia en una caja del trastero. La foto formaba parte de un altar español que n., JA y yo habíamos montado en un cuarto piso de la calle Sebastián Elcano. No sé como se llaman las niñas, pero sé que son familia lejana y eso me enorgullece. Ahora deben de tener veinte o treinta años. Su foto de comunión hacía pareja con otra de un soldado que me encontré en la calle, y con una botella de vino franquista que compramos en un restaurante del puerto de Despeñaperros. Ahora soy demasiado burgués para colocar esta foto en mi salón, pero se la voy a regalar a un amiguete que está decorando su piso con espíritu kitsch. Ah, lo del homenaje a Diane Arbus es porque ella (una de mis fotógrafas favoritas) también hacía fotos de gemelas, y ayer me regalaron un libro suyo.
Artículos relacionados:

viernes, 20 de noviembre de 2009

El puente de Batman

Buenos Aires
Esta mañana, mientras esperaba junto a una amable empleada del banco que se resolviera un misterioso problema de sistema (el sistema, como ultimamente mi tía Julia, se cae) miré como Batman combatía el aburrimiento (propio de un superhéroe sin villanos a la vista) armando un puente.

Me explicó con precisión de neurocirujano que pese a su tamaño aparentemente diminuto el puente permitía sortear el peligro del terrible acantilado que caía en picada hacia un mar de lava muy caliente, con monstruos como triceratops y unos malos que tenían unos sables laser dobles como los de Darth Maul que saltaban y mataban y le habían cortado el brazo al oso.

Sin entender muy bien que oso había quedado manco, agradecí la oportuna vuelta del sistema (el sistema, como Nicola di Bari, siempre vuelve) que me permitió dejar atrás el mar de lava, los triceratops, los sables laser y todas las calamidades de las que me salvo cada día gracias a mi distracción y a la acción incansable de Batman.