lunes, 29 de septiembre de 2008

La casa en la calle.

Madrid.
Madrid es una ciudad perfecta para amueblar la casa con trastos de la calle. Si uno sale a dar un paseo a la hora adecuada y tiene suerte, es muy probable que regrese cargado de tesoros. Para muestra, un botón. (click.) Esta fotografía la hice en un callejón turístico y lleno de bares. Alguien había decidido olvidar una estantería, una silla, una maleta y un ventilador. Me gusta pensar que en las bolsas de basura hay ropa que algún día fue elegante y que la maleta lleva fotos antiguas, con aire amarillo. En la pared, carteles de flamenco. Seguro que un rato después de tirar la foto, la estantería ya tenía dueño; seguro que ahora está llena de fruslerías compradas en el chino de la esquina. Y probablemente el ventilador haya aliviado la canícula de algún estudiante atrasado. Yo no me llevé nada, sólo la foto.

7 comentarios:

NáN dijo...

Reutilizar. Las reglas para salvar el mundo son Reducir, Reutilizar, Reciclar. Por ese orden de importancia. Cómo desaparece lo que se abandona en la calle me parece fantástico.

Igual que me parece fantástica la foto, que no sería la misma si todos esos pecios no estuvieran delante de un Tablao flamenco.

Pasa a convertirse en una de mis favoritas entre tus fotos. Aparte del encuadre y la calidad de la imagen, tiene algo de absurdo y, al mismo tiempo, una gran densidad emocional.

mikto kuai dijo...

Ay, qué recuerdos me trae esto de Berlín (y sus bares-cafés decorados con muebles de segunda mano), la ciudad donde descubrí que reciclar-comprar-coger de la calle muebles usados puede ser incluso mejor que irse al Ikea o a cualquier otro sitio de muebles nuevos. ¡Viva el reciclaje y la segunda mano!

Lamento ser repetitivo pero: es un fotón. Y enormes y necesarias esas tres erres Nán ;)

chicoutimi dijo...

Totalmente de acuerdo con los muchachos. Gran foto (me resulta muy familiar...¿no fue durante uno de nuestros paseos?), y gran Regla de las 3 Rs.
Confieso, sin embargo, que nunca he tenido un mueble recogido de la calle, y es que soy un poco aprensiva respecto de las condiciones higiénicas y no me fío...

Rfa. dijo...

Ja, ja, ja. Me alegro de que os guste la foto. Efectivamente, Chicoutimi, la hice aquella tarde en que estábamos dando un paseo juntos.
Yo sí he reciclado muchos muebles callejeros y tengo historias increíbles al respecto. Una vez cogí las piernas de una maniquí en la calle Montera y las llevé hasta una buhardilla que teníamos alquilada en Tirso de Molina. Dos días después se presentaron allí unos tipos a ver el piso y al encontrarse con las piernas se quedaron de piedra. "Esas mismas piernas las tiramos a la basura hace dos días en la calle Montera", me dijeron. Y yo, claro, llevo contando la historia más de siete años.
En Berlín también reciclamos algún mueble callejero. Fue muy divertido porque lo forramos con hojas de un periódico español donde salía una noticia que podía haber cambiado el rumbo de la historia española: Rajoy y Esperanza Aguirre, juntos en un accidente de helicóptero. Aquel mueble todavía seguirá en el piso donde lo dejamos, así que probablemente haya alguien en Berlín que todos los días se pregunte quién es el señor barbudo que sale del helicóptero con cara de susto.

chicoutimi dijo...

Jaja! Qué buenas historias las dos! Aunque la segunda es un pelín macabra...¿no? Mira que forrar el mueble con esa noticia...

Walter Kung Fu dijo...

Y eso que el Cardamomo pasa por se uno de los mejores bares de flamenco de la ciudad.

Gran foto.

Respecto a los muebles, me ocurre lo mismo que a Chicoutimi.

rinconete dijo...

Muy buena foto, amigo rfa.

Siempre miro lo que la gente deja por la calle, es inevitable por más que no piense en llevarme nada.

Hace años, cuando era estudiante volví a mi departamento con un rollo de alfombra que había encontrado tirado. La usé durante años hasta que no recuerdo bien porque la volví a dejar en la puerta. Cuando me asomé, un rato más tarde, ya no estaba.

Quien sabe aún esté dando vueltas por ahi, cumpliendo a rajatabla la Primera Ley de Nán...