domingo, 24 de febrero de 2008

El cementerio de la Almudena.

Madrid.
“Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres”. Así comenzaba un poema de Dámaso Alonso titulado Insomnio que leí cuando tenía diecisiete años. En aquella época yo todavía no vivía en Madrid, pero cuando me trasladé unos meses más tarde lo primero que hice fue visitar el cementerio. El lugar donde los madrileños están enterrados no es especialmente bonito, no tiene grandes mausoleos ni viejas tumbas neogóticas. Es, simplemente, una gigantesca ciudad con millones de cadáveres. Desde las autopistas que entran por oriente, cuando miras por encima de los muros, se adivina un mar de lápidas, ondulante y blanco. Un viejo agujero encajonado, olvidado por casi todos. Muchas veces he deseado parar el coche para hacer una fotografía, pero en la carretera está prohibido detenerse. Hay que conformarse con mirar a los muertos desde lejos, fugazmente, por la ventanilla o el retrovisor. O, si se prefiere, programar una excursión, como hice yo ayer. Es un lugar tranquilo y solitario, ideal para una mañana de sábado. Como muchos de vosotros estáis lejos, he colgado la fotografía a un tamaño razonable, para que podáis haceros una idea si pincháis en ella.

9 comentarios:

mikto kuai dijo...

¡Insomnio!, yo leí ese poema en estas típicas pegatinas que hay en el interior de los vagones del metro de Madrid promocionando la lectura, y tuve que comprar aquel libro, no paré hasta que localicé en cual de Dámaso Alonso estaba (en la pegatina no se hacía referencia a él)... aunque lo que son las cosas, entre pitos y flautas todavía no lo he leído, y tardaré, porque ahora no está conmigo.

La foto me ha encantado, me quedo enbobado mirándola, es por esa maravillosa coreografía de tonos negros, grises y blancos.

NáN dijo...

Dámaso compartía tertulia con mi tío en el Lyon. Estuvieron muy unidos. Pero mi mejor recuerdo de "Hijos de la ira" fueron sus poemas recitados por José Hierro en un cuatrimestre sobre poesía española que nos dio. Llegamos a un acuerdo con él (primera generación de la autónoma, 25 alumnos) por el que nosotros leíamos la teoría por nuestra cuenta y él se limitaba a recitar, con su voz cazallera. Todo lo que me ha interesado la poesía, pasados muchos años, creo que tiene su base en esas dos clases semanales, a las 4 de la tarde, que nunca me perdí.

Ahora mi madre y mi tío están en la misma tumba en el cementerio que Rfa. ha fotografiado tan bien, a 30 metros de la Legión Condor y 40 metros de Tierno Galván.

Cómo van encajando las cosas, ¿verdad? Todo uniéndose.

Anónimo dijo...

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las últimas estadísticas).

A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en
este nicho en que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar
los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.

Y paso varias horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido, fluyendo
como la leche de la ubre caliente de una gran
vaca amarilla.

Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi
alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en
esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente
en el mundo.

Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra
podredumbre?

¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?

María Rogel (Lapor) dijo...

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres... Así que pensaba que lo primero que NO ibas a hacer era... visitarlos! ja ja. Pero bueno, por qué no disfrutar de ese espíritu bartoniaano que tenemos todos siendo adolecentes? El caso es que un cementerio es siempre un espacio fuera de lugar en la ciudad, extraño que las vista de un casa dén
a él; extraño contemplarlo, extraño desplazarse hasta allí.
has visto el cemreeterio de Barcrlona (no sé si habrás más)? Me refiero al que se ve desfe Mont Juic, una ladera escarbada y escalonada, como para evitar las inundación si lloviese... perfectamene integrado en el pasaje pero oculto, d cara al mar y de espaldas a la ciudad. es bonito. en el de al Almnudena curiosamente nunca he estado, y eso que soy de los madriles..
Por cierto, tienes cámara con ojo de pez? saludos!

Alis dijo...

Impresionante fotografía. No se ve dónde acaban las tumbas, prologándose hacia el horizonte los tétricos cipreses, como si llegaran hasta los pies del mismísimo Pirulí (la torre de televisión de Madrid).
Por cierto, ¿para cuándo una entrada de mi querido Pirulí?

rinconete dijo...

Hermosa foto rfa. Una infinita ciudad de muertos.

En Buenos Aires hay dos cementerios importantes. El de la Recoleta, una especie de Père Lachaise a escala, en donde crujen los viejos huesos patricios y el de Chacarita, inmenso y popular. Tiene calles y avenidas, bóvedas, plazas y chaflanes e incluso un código de edificación. Una ciudad de muertos que me gusta recorrer de vez en cuando.

http://static.flickr.com/93/272487285_3a16f89014.jpg

chicoutimi dijo...

Sobrecogedora. Me encanta la fotografía, y el aspecto que ofreces del cementerio.
Y el poema de Alonso, tremendo. A mí también me impactó "Hijos de la Ira" por aquella época, más o menos, y me ha dado mucha envidia (sana -yo sí creo en ella-) imaginar a nán y a otros 24 pasar las tardes escuchando a José Hierro recitando un libro tan magnífico.
Los cementerios son una parte extraña de las ciudades. Al mismo tiempo me fascinan y me parecen absurdos. El culto a los muertos a veces me parece absurdo, pero (ya que lo cita Rinconete), disfruté muchísimo el paseo por Père La Chaise. Nunca antes había entendido tan bien eso de "genio y figura hasta la sepultura".

yusef dijo...

Leyenda de una lápida que encontré paseando por el cementerio de la Almudena: "Cuando te fuiste, empezamos a vivir". Después de esto cualquiera se muere, ¿no?

BRUNO dijo...

¿Sabéis que el cementerio de la Almudena tiene una superficie superior a la ciudad de Segovia? Uh, qué susto¡Prefiero la muedte!