Berlín.
Si bien la Puerta de Brandeburgo es la imagen promocional oficial de esta ciudad, un amigo alemán me dice que para él el Fernsehturm es la viva imagen de Berlín: "cuando lo veo sé que estoy en casa", y bien puede decirlo, porque cuántas veces uno mira al horizonte en esta ciudad y descubre a ese gran monolito de hormigón armado y acero de más de treinta mil toneladas ante sus ojos, cerca, lejos, en el reflejo, en la distancia... casi tantas como miradas. Fernsehturm, mírame a los ojos y cuéntame: "quién nos ha visto y quién nos ve".
miércoles, 14 de noviembre de 2007
La torre de televisión.
Publicado por
mikto kuai
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5 comentarios:
Cuánta razón tienes, Mikto Kuai. El fernsehturm es un curioso caso de símbolo urbano creado, no impuesto. Siempre que he estado en Berlín me ha dado la impresión de que son los propios berlineses los que se quieren ver representados por este gigantesco pirulí, en lugar de por los típicos monumentos de postal que impone el mal gusto de los turistas.
Pero, por otro lado, es innegable que también influye la historia reciente. Piensa que hasta hace 20 años, el fernsehturm era patrimonio exclusivo de la parte oriental de la ciudad, y nadie quería hacer turismo a ese lado del muro. Lo cual nos lleva a una pregunta interesantisima: ¿te imaginas lo que sería ir paseando por una calle de la parte occidental, mirar a lo lejos y ver una torre tan llamativa sabiendo que nunca podrías mirarla de cerca?
Yo, como ex-berlinesa que soy, comparto totalmente tu cariño por la torre de Alex.
Es, efectivamente, el icono por excelencia del Berlín joven actual, habiendo desplazado a la Puerta de Brandenburgo. Me parece que la oposición entre los dos monumentos puede leerse como una metáfora perfecta de la evolución del país: La Puerta de Brandenbugo, que quedó en tierra de nadie justo entre las dos líneas del muro, se convirtió en el símbolo de la división para todos los alemanes. Sin embargo, poco significa la puerta de los antiguos reyes prusianos para los jóvenes que han vivido ya en una Alemania pleamente reunificada. Y qué mejor demostración de la unión del país y del olvido de las antiguas tensiones que un cariño sincero y sin prejuicios por parte tanto de Ossies como de Wessies (del este y del oeste) por el Fernsehturm, un monumento en su origen netamente comunista.
Es un hermoso y extraño ovni. Uno de esos objetos que se transforman, sin haberselo propuesto, en una imagen poética.
Si además, como señala alis, es un Ossie que logra también seducir a los Wessies, no solo es poético sino también casi milagroso...
Aceptamos esa torre como icono emocional. Porque realmente lo es. Aunque me inquieta que una torre de comunicaciones la pueda ver desde cualquier sitio (¿me estarán viendo y grabando a mí desde ella?).
Claro que si, además de lo que habéis dicho, produce inquietud a los paranoicos como yo: ¡es la marca perfecta de la ciudad y el mundo actual!
María Zarazúa, que tiene preparado un libro sobre Berlín, dedica varias fotos a esa torre y su reflejo, aunque en las 12 del libro que ha seleccionado para su página no hay ninguna de ellas.
Mi querido NáN, siempre atento, se ha olvidado de colgar el link a las fotos de María. Y hay ciertos lugares de la red que merecen ser visitados.
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