lunes, 3 de noviembre de 2008

MTV Liverpool Music Week

Liverpool
Supongo que sabréis ya, porque ha sido comentado en prensa y blogs musicales, que el jueves se entregaron aquí los premios EMA, o European Music Awards de la cadena MTV. La verdad es que a estas alturas a mí estos premios me interesan muy poco, y ese poco que me ha llamado la atención lo voy a comentar en el siguiente post.

En éste os voy a hablar de la semana de la música de Liverpool, LMV (aquí les encantan las siglas), que aunque se ha hecho coincidir con los EMA, no se debe a ellos, pues tengo noticias de que el año pasado también se celebró (aunque yo no me enteré). Desde el fin de semana pasado hasta este jueves, cuando se clausuró coincidiendo con los premios, Liverpool ha estado plagada de eventos musicales, principalmente conciertos, pero también charlas y cursos -los organizadores hablaban de 300 actos, y unos 30 locales participantes, entre pubs, salas de conciertos y galerías de arte-. Hasta donde alcanza mi conocimiento, cada día de la semana se podía elegir entre 4 ó 5 locales (pero seguramente serían más), cada uno de ellos con 3, 4 y hasta 8 bandas por noche (muchas de ellas locales, que aquí apoyan bastante a los grupos jóvenes).

Os dejo con la última canción del concierto de Black Kids, que disfrutamos el sábado pasado en la sala Nation, y que llevaban de artista invitada a Ladyhawk y a unos chavales (no pasarían de 17 años) de Liverpool, Daisy Riots. La calidad de la imagen no es muy buena, pero el sonido sí, y se puede notar el entusiasmo del público. (En serio, si yo fuera músico, me encantaría tocar en Liverpool, qué gente más entregada!)

1 comentario:

Rfa. dijo...

Impresionante, la verdad. Yo ando bastante desconectado de la escena musical madrileña, pero he escuchado decir que tampoco está coja. La diferencia fundamental con respecto a Liverpool, supongo, está en que aquí todo surge de la iniciativa privada y depende de las ganas de arriesgarse que tenga el propietario del garito de turno. En cuanto el dinero huele a politiqueo, la cosa se escora tanto hacia la falta de imaginación, la obviedad y el mal gusto, que se te quitan hasta las ganas de bailar.