domingo, 6 de abril de 2008

Fiesta del espacio.

Berlín.
¿Dónde podrías asistir en la Tierra a una fiesta del espacio, con aliens y robots, en una atmósfera de buen rollo y carente de prejuicios, en un sitio chulísimo al lado de un gran río en el centro de una gran ciudad, pagando por entrar seis euros y si vas disfrazado tres, con buena música y gente con ganas de bailar y pasarlo bien?, pues por ejemplo ayer en Berlín. Esta ciudad es difícil de creer. La voy a echar muchísimo de menos.


6 comentarios:

Rfa. dijo...

Yo una vez estuve en el estreno de una película de la Guerra de las Galaxias y era casi lo mismo que cuentas. Pero supongo que no te refieres a ese tipo de fiestas, ¿verdad? En cualquier caso, las fiestas de Berlín pueden volverse marcianas en cualquier momento, y supongo que eso es lo que las hace grandes. No hay más que ver al vikingo techno, un gran tipo que saltó a la fama en una rave berlinesa. Por mucho que su nombre le haga pasar por vikingo, estoy seguro de que este señor ni siquiera es humano.

rinconete dijo...

Me parece muy bueno eso de hacer pagar la entrada el doble a quien no viene disfrazado.

NáN dijo...

Jo, a mí no me parece bien. Encima de que somos aburridos, ¡penalizados!

Lo que tendrían que hacer con gente como nosotros (los no disfrazables), es recibirnos con un abrazo y tres vodkas por cuenta de la casa.

chicoutimi dijo...

Me encanta el poco sentido del ridiculo de los alemanes, y lo digo como virtud. Se trata de divertirse, no? Pues cuantos menos prejuicios, mejor.
Lo de pagar menos por ir disfrazado me recuerda a un pase de "Rocky Horror Picture Show" que hubo en la filmoteca regional, en Murcia, en el que si ibas disfrazado entrabas gratis. Fue gracioso.

mikto kuai dijo...

Je je Rfa., no era ese tipo de fiestas. Por cierto, quizás ya no lo recuerdes pero pasamos (tú, yo y Alis) por delante del lugar y preguntándonos qué era aquello la última vez que coincidimos por estas tierras.

Rinconete y nán, en realidad la cosa es de otra manera, en este caso el matiz importa: la entrada general era seis euros, pero había premio para el que iba disfrazado, el descuento. Es lo mismo pero no es lo mismo. Yo iba a ser uno de los aburridos hasta que horas antes de ir me dije "¡la imaginación al poder!", y me hice un "traje" de hombre espacial (el papel aluminio hace maravillas), traje que una vez dentro y debido a la calidad pésima del mismo duró cero coma, aunque conservé una pierna metalizada que incluso llevé tal cual de vuelta a casa en bici. En cualquier caso: ¡marchando un abrazo y tres vodkas para nán! :)

Chicoutimi, el tema de los disfraces es divertidísimo, yo tengo bastante sentido del ridículo pero hice un esfuerzo y mereció la pena por las risas que nos echamos.

NáN dijo...

El abrazo llegó bien y sin desperfectos. Cálido y claro.