Liverpool
Otra vez me salgo de la idea original del blog. O igual no.
Hablamos de ciudades, y desde nuestros cuatro pequeños chaflanes repartidos por el mundo, al final hablamos también de éste. Pero hay un montón de chaflanes que no tienen voz, o se la callan a cada palabra.
Acabo de recibir la información de esta exposición online de Sofía Moro para Amnistía Internacional, y mientras la leía sentía que no me la podía quedar para mí sola. Las historias de estas personas, y sus caras, merecen ser conocidas, porque nos redimen a todos.
No diré que en nuestras ciudades todo es perfecto, pero comparativamente somos unos privilegiados por habernos tocado vivir donde lo hacemos, porque podemos expresar lo que pensamos y sentimos con total libertad. Así que voy a invitarles a mi ciudad. Se lo debo; soy tan cobarde que probablemente nunca me atreva a comprometerme más.
4 comentarios:
Lo que más me ha impresionado no han sido las fotos, sino las historias. ¿Cuántas vidas terroríficas como ésas arrastrará la gente que nos cruzamos cada día en el metro o en la acera? A veces, el miedo a que esta pregunta resulte tópica y retórica hace que no la formulemos lo suficiente, ¿verdad? En mi caso, confieso (con un poco de vergüenza) que soy más curioso que solidario. Como ya he contado en Sindrogámico varias veces, siento una curiosidad tremenda por las historias de la gente, por lo que se esconde detrás de sus caras. Pero, como digo, sospecho que mi pequeña obsesión tiene mucha menos conciencia ética que esta exposición de la que nos hablas.
A mí también han sido las historias las que me han conmovido, pero al fin y al cabo estas historias se cuentan a menudo en los medios. Al identificarlas con sus protagonistas, al poder mirarles a los ojos, no sé, me han impactado más, me han resultado más cercanas y reales.
Oigo o leo estas cosas y se me ponen los pelos de punta, pero no deja de ser algo vago y lejano. Ahora tienen nombres, sonrisas, expresiones de cansancio...
Creo que AI ha acertado con este planteamiento. Por cierto, cumplen 30 años. Felicidades AI, y que sean muchos más! (O todo lo contrario...también podría ser una buena señal.)
Celebro que te hayas salido de la pauta. Solo he sido capaz de leer tres historias. Iré poco a poco.
En el ABC de la manipulación, está la regla de que los atacados en el lado de los buenos suelen tener derecho a imagen y nombre en los medios. Los del lado de los "malos", al que pertenecen por derecho nato los pobres, no tienen imagen ni nombres. Forman parte de un colectivo general que a veces nos provoca un lamento.
No por eso dejo de prestar atención a todas las historias que me llegan, me siguen interesando las historias del ser humano, aunque no sean angustiosas, como las que nos muestra Rfa. de vez en cuando. El mundo es un enorme libro de relatos.
Te iba a echar la bronca por llamarte a ti misma cobarde, pero después de leer algunas de las historias yo también me he sentido así. Sin embargo, lo poco que nosotras hagamos no deja de tener muchísimo valor, o eso quiero pensar. Como decís, qué bueno poner cara y ojos a esos héroes y herónas anónimos que no muestran los medios entre tanta alta política y guerras... Qué bueno humanizar un poco los conflictos.
Son historias muy duras, claro que sí, pero no le llamaría vida terrorífica a la de aquellas que se dedican a denunciar injusticias pase lo que pase.
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