jueves, 26 de agosto de 2010

Esperanto



Rosario

En Rosario, en el centro del pasaje PAM, hay una Academia de Esperanto en donde un señor espera cada tarde que un improbable interesado abra la puerta. Solo busca enseñar una lengua inventada hace cien años, cuyo único fin es el bien común.

No todo está perdido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ostras! Así ninguan causa está perdida :)

rinconete dijo...

Sigamos esperando en el escritorio de la Academia de Esperanto...

Saludos,
r.

Anónimo dijo...

Uh, cuando yo tenía 15 fui a esa academia, el capo era una señor que se llamaba Rufinengo.
Yo era tan tonto y tenia tantas dificultades de comunicación ...
Ademas no había entendido bien que era eso del esperanto, tanto que yo pensaba que si le hablaba en esperanto a un señor inglés este me iba a entender igual, aunque él no supiera esperanto.
Como si fueran palabras mágicas que se entendían en cualquier idioma.
Sigo igual de tonto 35 años después.