sábado, 20 de marzo de 2010

Correspondencia

Buenos Aires

Marcelo Brodsky es un fotógrafo argentino. Hace unos años expuso una especie de ensayo fotográfico sobre la evolución personal y colectiva de un curso de alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, marcado por la desaparición de dos de sus miembros a manos del terrorismo de estado. La pieza central era la imagen que ilustra este post, la foto clásica que todos tenemos en algún cajón y que no dejamos de mirar cada 10 años.

Martin Parr es un fotógrafo inglés, especialista como nuestro amigo rafa en descubrir perlas invisibles para el resto del mundo. La gran diferencia, creo, está en que Martin Parr practica una crítica irónica que no parece interesar demasiado a rafa.

Brodsky propuso a Parr mantener una conversación visual a través de 15 imágenes que cada uno debía elegir (podían ser previamente editadas o producidas especialmente). Fue un diálogo lento, a razón de dos imágenes por mes, en donde sobresalió la melancolía de uno y la colorida ironía del otro y sobre todo las ganas de jugar de ambos.

Las mismas ganas de jugar a distancia que siempre han sido el motor de nuestro hoy algo escuálido chaflán.



Las 30 fotografías resultantes fueron editadas en un elegantísimo libro, de esos que se compran compulsivamente, por la galería chilena AFA.

2 comentarios:

Rfa. dijo...

¡Genial! Me ha encantado el proyecto, es divertido y juguetón. Es un poco como los cadáveres exquisitos que dibujaban los surrealistas, obras hechas a medias donde la gracia está en ver cómo chocan los mundos de cada participante. Ha sido una grata experiencia hojear el libro, muchas gracias por el enlace.
A Martin Parr tengo ganas de dedicarle un post. Disfruto con su sentido del humor, me interesa la coherencia de su trabajo en torno a los rituales contemporáneos y me escandaliza (un poco, sólo un poco) su falta de belleza.
A Marcelo Brodsky no le conocía, pero he echado un ojo a su web y me han gustado mucho algunas cosas. Estaré atento.
¡Un abrazo!

rinconete dijo...

Es sin duda un cadáver exquisito. No lo había pensado.

Un abrazo amigo rafa.