miércoles, 19 de mayo de 2010

Favoritos (II): JLA Hall of Fame

Liverpool

Hace mucho que no escribía sobre Liverpool, porque hace mucho que me marché, y cada vez que he intentado retomar el chaflán me ha entrado nostalgia y pena.

Recientemente se ha encajado la última pieza que faltaba de mi nueva etapa (= el trabajo), y eso me ha hecho sentir necesidad de escribir de nuevo sobre la ciudad que añoro. Me ha parecido que volver al aeropuerto era apropiado, pues al fin y al cabo es el primer y último sitio en el que estuve.


Una cosa que me gustaba hacer cuando embarcaba con tiempo, y que recomiendo a todo usuario del John Lennon Airport, era visitar la exposición de fotografías de Harry Goodwin, todo un Hall of Fame en el sentido estricto de la expresión. En la sala de espera de las puertas 1-10 (si no han cambiado la ubicación) se reunen decenas de retratos de músicos, cómicos y actores, la mayoría realizados hasta finales de los 70 ó principios de los 80. Y en la zona de las puertas 30-32 se pueden ver fotos de los Fab Four realizadas por el mismo artista.
Sobra decir que siempre me quedaba en las puertas 1-10.
La foto que os presento es una composición y me da igual que se noten los favoritismos.
Premio para el que acierte todos.

martes, 18 de mayo de 2010

Diseño Urbano 05

Florencia

Piazza della Repubblica, cerca del mediodía.

Encontrado en la red.

lunes, 10 de mayo de 2010

El cubo, el burro y el senador

Buenos Aires

En primer grado, hacia fines del siglo XVII, recibí clases de manualidades. Fue en una escuela, mixta desde no hacía mucho, en la que intentábamos sobrevivir dos varones rodeados de quince o veinte nenas. Las manualidades, que históricamente habían consistido en clases de bordado, incluían desde nuestra llegada una actividad más acorde a nuestra condición de hombres: lijábamos cubos de madera.

Aburrido de una tarea inútil para la que alcanzaba el bulbo raquídeo y sobraba el cerebro, pedí aprender a bordar. Solo obtuve una respuesta seca y mi madre un comentario alarmado.

La semana pasada, durante el debate parlamentario sobre el proyecto de ley de matrimonio gay, un senador se opuso a la iniciativa alegando que si no mañana alguien se va a poder casar con un perro o con un burro. Una de sus colegas argumentó con acierto que la esposa del senador ya había incurrido en la segunda de las opciones.



Recordé los viriles e inútiles cubos lijados e imaginé que el senador probablemente haya abusado de aquella tarea.